sábado, 30 de noviembre de 2019

Queso y membrillo: El maridaje perfecto




Si hablamos de maridaje, o combinar dos alimentos para realzar el sabor de ambos, el queso y el membrillo son buenos aliados, la textura ligeramente duce y esponjosa del membrillo combina a la perfección con el queso de sabor intenso y textura más compacta.

El membrillo es una fruta que rara vez se come cruda, ya que tiene un sabor agrio y es muy astringente con una carne esponjosa y difícil de cortar. Sin embargo cocida si se puede usar en muchas recetas. Tiene 57 calorías por ración de 100 gramos, aproximadamente como las manzanas. Aporta casi 2 g de fibra, vitamina A, vitamina C, y una buena cantidad de potasio, casi 200 mg.

A simple vista nos recuerda a las peras pero mas gruesa y suelen tener una pelusilla cuando están verdes, lo que además de su sabor dificulta el comerlas crudas. Cuando están maduros tiene un color dorado y la piel es lisa. Seguramente su aroma es lo que animó en el pasado a cocinarlo, ya que crudo no era útil como alimento.

En la antigua Roma  en el sureste de Asia y en Turquía ya conocía en membrillo y lo usaban en la cocina y también en la medicina tradicional. El membrillo tiene propiedades antivirales debido a su contenido en ácidos fenólicos.

Bocaditos de queso y membrillo

·         Ingredientes para 10 bocaditos
·         350 g de membrillo sin azúcar añadido
·         10 lonchas gruesas de queso manchego semi curado
·         10 nueces enteras.
·          Aceite de oliva virgen extra

Preparación

Tan fácil que prácticamente en 10 minutos están listos. Comenzamos cortando lonchas de queso cuadradas, también puedes usar queso cortado ‘en cuñas’ que viene en triángulos, pero en este caso el membrillo también lo cortaríamos en triángulos.

Como el dulce de membrillo es grueso cortar una buen trozo. Una vez que tenemos el queso cortado cada loncha de queso nos sirve de referencia para cortar las de membrillo. Cortamos el trozo de membrillo en varias partes de forma horizontal  (ya que suele ser grueso) y luego hacemos lonchas que sean un poco más pequeñas que las de queso.

A la hora de emplatar, colocamos en una fuente los trozos de queso manchego encima una gotita de aceite de oliva y a continuación el membrillo. Para finalizar una nuez sobre cada ‘bocadito’.

Mirá la receta aquí





Alfeñique: El caramelo estrella de los tucumanos




Todo un clásico del NOA en materia de golosinas, el alfeñique es digno hijo de una de las industrias amas y señoras de aquellas tierras: la azucarera. Ocurre que el secreto de su sabor reside en la miel de caña, producto resultante de la cocción del jugo de caña de azúcar. Tan afecta a acompañar quesillos y postres, la miel de caña también puede oficiar de ingrediente madre, y en una delicia tan diminuta como poderosa, si de sabor hablamos. ¿Cuál es la razón de aquella anudada fisonomía? La misma viene de larga data, pues los alfeñiques hallan su raíz en territorio español, donde ya se elaboraban confituras de forma retorcida. Lo demás es historia deducida: tal dulce tradición se ha ido propagando por Hispanoamérica, y el suelo nacional no ha sido la excepción.

Parecido a un caramelo y preparado con la melaza de la caña de azúcar, es muy típico encontrarlos en el noroeste argentino.



Ingredientes
  • Azúcar (1 ½ kilo)
  • Clara de huevo (una)
  • Miel de caña (una cucharadita)
  • Aceite de oliva (una cucharadita)
  • Esencia de vainilla (½ cucharadita)
  • Azúcar impalpable a gusto

Preparación
Mezcle el azúcar, la clara de huevo, la miel de caña, el aceite de oliva y la esencia de vainilla en un recipiente con agua suficiente como para obtener un almíbar. Cocine a fuego fuerte hasta que la preparación se torne oscura y tome espesura, sin que llegue a endurecerse. Retire del fuego y vierta el contenido sobre una superficie húmeda. Deje que enfríe un poco y, previo humedecimiento de manos, estire y amase en forma continua, hasta que la preparación adquiera un color más claro, tipo caramelo o ámbar. Luego, corte en tiras y comience a retorcer o anudar. Espolvoree con azúcar impalpable.

Mirá como hacer la receta

Para la calle o para las fiestas se come praliné




El praliné nació en el siglo XVIII y su nombre se debe al Duque de Choiseul (1719-1785): mariscal de campo francés y Conde de Plessis-Praslin. Su cocinero principal fue el primero en combinar azúcar líquido con trozos de almendra.

Este cocinero derramó por accidente caramelo sobre unas almendras molidas. Una vez enfriada la mezcla, la partió a trozos y la trituró, dando como resultado esta crema dulce. El descubrimiento fue aceptado como ingrediente para dulces y postres. Tiempo más tarde, se empezó a conocer en países como Bélgica, Suiza e Italia.

Al igual que el praliné, pralin o pralinoise que pueden ser confusos, otras de las grandes confusiones es creer que el praliné es Gianduja o al revés. Así que vayamos aclarando por partes.

El praliné con tilde consiste en caramelizar una mezcla, o una sola clase de frutos secos, almendras, avellanas, nueces… Triturarlo hasta crear una crema. Hacer praliné es muy fácil, lo difícil es obtener un buen resultado del refinamiento ya que en casa no tenemos máquina que nos pueda hacer esto.

El praliné se compone de la misma cantidad de frutos secos que de azúcar, una parte de agua y unas gotitas de limón o glucosa para evitar la cristalización del azúcar. Hacer un caramelo oscuro (hay que tener cuidado para que no se nos pase y se nos queme) y una vez tengamos el punto, añadir los frutos secos, mover bien para que todos los frutos secos se caramelicen, y volcar sobre un silpat o papel de horno en una mesa. Dejar enfriar, y pasar por una buena trituradora y refinadora. Se conserva muy bien en tarros, ya que el aceite del fruto seco, ayuda a tener una mejor conservación.

Ingredientes

  • Manteca Cantidad necesaria
  • Pistachos Cantidad necesaria
  • Sal marina Cantidad necesaria
  • Agua 4 cdas. soperas
  • Bicarbonato de sodio Cantidad necesaria
  • Castañas de cajú Cantidad necesaria
  • Esencia de vainilla 1 Chorrito
  • Azúcar 1 y 1/2 Taza
  • Jarabe claro de maíz 1/2 Taza
  • Maníes Cantidad necesario
Preparación

  1. Para comenzar, cubrimos una placa de horno con papel vegetal para que el praliné no se pegue.
  2. En un bowl colocamos la manteca, el bicarbonato de sodio y un chorrito de esencia de vainilla.

  3. Para caramelizar el azúcar, en una cacerola a fuego fuerte, agregamos las cucharadas de agua, el azúcar y el jarabe de maíz sin remover.

  4. Una vez que el caramelo tomó un color ambar, retiramos del fuego y con una cuchara de madera agregamos la manteca con el bicarbonato y los frutos secos.

  5. Trabajamos rápido para que no se enfríe la mezcla y, luego, la esparcimos sobre la placa que preparamos. Espolvoreamos por encima con un poco de sal marina y dejamos enfriar a temperatura ambiente.

  6. Cuando se haya enfriado, rompemos el praliné para que queden pequeños bocados.

  7. Servimos.


Si te gusta el praliné y lo querés hacer casero, aquí va una receta sencilla para que te salga fácil y rico.

Ingredientes

·         3 tazas de maní crudo
·         2 tazas de agua
·         2 tazas de azúcar
·         1 cda de chocolate amargo en polvo

Preparación

En una cacerola que no se pegue (puede ser de teflón), colocamos el agua y el azúcar. Llevamos al fuego y dejamos hervir unos 15 minutos.

Agregamos el maní, el chocolate y comenzamos a revolver con cuchara de madera en un fuego bajo. A medida que pasa el tiempo esto se va secando.

Cuando se forme como un arenado lo retiramos, volcamos en una asadera y con la misma cuchara tratamos de despegar para que queden todos separados. Se puede guardar en francos herméticos o bolsitas.

Mirá como hacer la receta

Dulce de cayote, postre norteño




El cayote es un fruto fibroso de aspecto exterior similar a una sandía, del cual se obtiene un sabroso dulce al ser cocinado con azúcar. Es único en su tipo, por las características fibras de la fruta, por las hojas que recuerdan a la higuera. Típico del Noroeste Argentino, y también de la región de Cuyo, se lo come acompañado de nueces, o con quesillos hilados como se hace con el arrope. El dulce de cayote es por excelencia una delicia muy consumida en  Salta y Tucumán. En ” La Linda”  es una tradición que los turistas que visitan este bello destino deben probarlo, ya que es conocido como “delicia dorada”.  Cayote es una herbácea rastrera cuyo fruto (parecido al zapallo) es utilizado para realizar dulce. Esta planta es fácil encontrar en las zonas altas (1000 a 3000 msnm) y templadas.

En Salta y Tucumán es servido como postre y generalmente va  acompañado con nueces,  también  es utilizado como relleno para hacer empanadas de dulces de cayote o más conocidas como ?empanadillas? (blanqueada con clara de huevo y azúcar batidos) y para bombones de dulce de cayote. Este dulce se acompaña también con higos en almíbar o quesillo. Clásico es el relleno de las empanadillas típicas de nuestra región, bañadas en glacé o solas.



Ingredientes

·         1 o 2 cayotes enteros
·         Clavo de olor
·         1/2 kilo de azúcar por cada kilo de cayote

Preparación

En principio, pelar el cayote. Para ello, colocar el cayote en horno caliente y, luego de un rato, al sacarlo podrá desprenderse la cáscara con facilidad.

El secreto para que el dulce salga bien fibroso es desarmarlo con las manos, no con el cuchillo. Una vez que está desmenuzado todo el cayote, se lo coloca en una olla (no se le echa ni una gota de agua), se le agrega el azúcar y el jugo del limón, se mezcla y se deja macerar hasta el día siguiente.

Luego se pone a hervir la preparación a fuego lento, agregando la ralladura. Se deja cocinar, despacio, hasta que el cayote quede transparente.

No se debe olvidar de mezclar constantemente con una cuchara de madera. El dulce de cayote puede utilizarse como relleno de las empanadillas y también se puede acompañar con nueces, quesillo o solo, siendo un postre típico del noroeste argentino.



Un derivado del dulce de cayote es la empanada de cayote, típica del jardín de la república. Te mostramos como preprar la masa y el armado de la misma, una vez que se hizo el dulce.

Ingredientes (para 1 docena, 8 personas)

Masa:

• ½ kg de harina
• 5 cucharadas de grasa derretida tibia
• Salmuera

Blanqueo:

• 500 g de azúcar impalpable
• 1 limón
• 3 claras de huevo

Preparación

Masa:

Con los ingredientes, formar una pasta elástica que debe amasarse sobre la mesada enharinada hasta que esté bien lisa.

Hacer un bollo y dejar descansar, tapado con repasador, durante 20 minutos. Repartir la masa en bollos pequeños, estirar la masa con el palote, dando forma redonda y algo fina.

Distribuir una cucharada colmada de dulce de cayote sobre los discos de masa, pintar el borde con agua y cerrar formando las empanadillas, presionando los bordes con un tenedor, para evitar el escape del dulce.

Acomodar las empanadillas en una fuente y llevar a horno no muy caliente, hasta cocinar la masa, aproximadamente de 15 a 20 minutos.

Servir fría, sola o espolvoreada con azúcar impalpable.

Blanqueo:

Poner en un bowl las claras. Batirlas a punto nieve y agregar el azúcar. Seguir batiendo hasta que se forme una preparación espesa y lisa; agregarle el jugo del limón colado y continuar batiendo hasta que tome consistencia.

Colocar esta preparación a las empanadillas hechas. Dejar que se seque el blanqueo y servir.

Mirá como realizar la receta





viernes, 29 de noviembre de 2019

Locro, sinónimo de argentina



El 1° de mayo, 25 de mayo o 9 de Julio son las fechas en la que uno sale por las calles y ve casas y bares con un cartel en la puerta: “Hay locro”. Resulta que es un comida arraigada en la tradición argentina y que en la épocas de frío es uno de los deleites en la provincia de Tucumán. EL tradicional locro criollo argentino es una de las recetas más buscadas en Google Argentina durante la jornada.

Se trata de una suerte de guiso de origen prehispánico y preincaico, típico de varios pueblos andinos que basaban gran parte de su dieta en el maiz o los porotos y la papa. Se lo prepara según multitud de recetas, siendo lo único invariable su base vegetal y el procedimiento de cocción, a fuego lento durante varias horas.

De acuerdo a la región se lo prepara con carne de vacuno fresca o seca (charqui), vísceras como la tripa gorda o el chinchulín, mondongo, embutidos y costillas o despojos de chancho (manos, patas, cola, orejas y cuero, tocino, grasa de pella); las carnes se cuecen por separado y se añaden luego al preparado de vegetales entre los que suele destacarse el zapallo (especialmente el redondo de cáscara grisasea llamado por esto zapallo plomo) que suele dar color amarillo al locro, y granos de choclo o porotos e incluso granos de trigo (en Argentina se prefiere el locro con granos de choclo y al locro basado en granos de maíz triturados se le llama frangollo), vegetales que por el almodón presente en sus componentes hacen que el preparado alcance la densidad de una crema.

Sustancioso y nutritivo es un plato típico del invierno; se lo adereza de manera acorde, con una salsa picante preparada a base de aceite, ají molido, pimentón y cebolla de verdeo, denominada quiquirimichi.

La razón de la supervivencia del locro como producto cultural reside en haber conservado su significado y función a través del tiempo. Cubre la necesidad de alimento para muchos a bajo costo; permite iniciar su preparación el día anterior; es paciente, no se pasa si la concurrencia al convite es impuntual; puede espera adquiriendo una textura cremosa; es caliente y substancioso para las conmemoraciones invernales; solidario con los amigos siempre hay un plato más; y si sobra para el día siguiente, ¡mejora su sabor!.



Ingredientes
  • 1 kg. maíz blanco pisado o partido
  •  1kg. porotos alubia
  • 1 kg. tiras finas de costilla de cerdo
  • 1 kg. nalga cortada en cubos
  • 6 patitas de cerdo
  • 100 gr. mondongo
  • 100 gr. tripa gorda limpia
  • 500 gr. panceta cruda
  • 250 gr. panceta ahumada
  • 150 gr. chorizo colorado
  • 250 gr. chorizo criollo
  • 200 gr. cuerito de cerdo
  • 2 kg. zapallo
  • 1kg cebolla
  • 100 gr. cebolla de verdeo
  • 200 gr. apio picado
  • 5 dientes de ajo picados
  • 50 gr. pimentón dulce o ahumado
  • 15 gr. pimentón picante o ají molido
  • 30 gr. de pimienta molida
  • Sal a gusto

Instrucciones para cocinar

1. Los porotos y el maíz deben estar en remojo toda una noche para que se hidraten adecuadamente. Reservarlos. En tanto, para comenzar en una cacerola hervir la tripa gorda y el mondongo hasta que queden blandos (30 minutos aproximadamente).

2. En una olla aparte, repetir el proceso de hervido con el cuero de chancho y las patitas. Una vez completado, dejamos enfriar y cortamos todo de la siguiente manera y luego reservamos:
  • La tripa gorda en tiritas
  • El cuero en cuadrados de 3 cm.
  • Mondongo en tiras finas
  • Patitas en dos o tres partes (retirar las pezuñas)
3. Cortar las costillas de cerdo en trozos grandes; la nalga en cubos y reservar y la panceta en tiras cortas y finas.

4. ¡Momento de elegir una olla grande para el locro! En esta disponer los porotos, maíz escurrid y resto de los ingredientes. En este paso evitamos poner la panceta, los chorizos, el zapallo y los otros cortes de carne. Cubrimos todo con agua (cinco dedos por encima) y cocinamos a fuego fuerte.

5. Cuando la preparación rompa hervor, moderar el fuego. Ahora sí si incorporamos la panceta fileteada, los chorizos criollos y colorados, el zapallo cortado en cubos. Mezclar de vez en cuando para evitar que los ingredientes se peguen.
Poco a poco el zapallo se irá deshaciendo para otorgar el color característico de la preparación. Si el caldo se consume demasiado rápido se puede hidratar con más agua.

6. Pasada 1:30 hs de cocción agregar la tripa, el mondongo, cuerito, patitas y panceta. Al tiempo, retirar los chorizos (para cortarlos en rodajas muy finas). Volver los ingredientes a la olla y cocinar unos minutos más.

Salsa roja para acompañar

Pelar las cebollas y picarlas finamente junto al apio. Después rehogarlas en una cacerola con 2 cucharadas de aceite. Enfriar a las cebollas y el apio ya rehogadas en un recipiente con aceite girasol, pimiento dulce, el pimentón picante y ají picante (opcional).
Picar finamente la cebolla de verdeo y los 5 dientes de ajo. Verter la mitad de la salsita roja preparada en el locro y mezclar.

Mirá como se preparar locro criollo:




Tamales: Comida de época patria




Rica, contundente y con un sabor riquísimo. Así son los tamales tucumanos, una receta de cocina propia de la gastronomía argentina.
Nacida en el corazón de la Argentina, esta receta fácil se ha transformado en un plato tradicional durante las fechas patrias.
A medida que se acerca la semana de la Independencia, es un clásico que cada tucumano y argentino en general, saboree este plato de tamales tucumanos.
Esta receta rápida es muy sencilla de hacer y se puede disfrutar tanto en locales gastronómicos, como en la comodidad del hogar.
Este típico plato de la cocina argentina es por demás muy nutritivo destacándose por su aporte de proteínas, vitaminas A y C, betacarotenos y fibra. También es muy importante su aporte de potasio hierro y magnesio. Ideal para disfrutar en familia.
Vamos a la receta de cocina paso a paso.



Ingredientes:

-400 gr. de harina de maíz
-½ taza chica de Aceite Puro de Girasol Natura
-300 gr. zapallo
-1 cebolla grande
-200 gr. de cebolla de verdeo
-600 gr. de carne picada
-1 cda. de extracto de tomates
-1 cdta. de ají molido
-1 cdta. de pimentón
-2 cdas. de aceitunas picadas
-3 cdas. de pasas de uva
-3 huevos duros hojas de chala, cantidad necesaria
-Sal y pimienta a gusto

Preparación:

1.   En una cacerola agua suficiente para hervir la carne. Saborizamos con 1/4 de pimiento rojo y verde, 1/2 cebolla blanca, orégano, romero, sal y pimienta. (Podemos usar mix de especias que tengamos en casa). La idea es que la carne salga con un rico sabor.

2.   Troceamos la carne y la ponemos a hervir unos 45 minutos aproximadamente (dependiendo el tipo de carne que usemos). Retirar la carne cocida y reservar al caldo.

3.   En el mismo caldo que hicimos la carne, herviremos el zapallo troceado. Retirarlo, escurrir bien y realizar el puré, agregamos una cucharada de grasa bovina, mezclamos y dejamos enfriar. Agregamos en forma de lluvia y de a poco la harina de maíz, mezclamos con cuchara o a mano sin dejar que se formen grumos. Condimentamos con sal, pimienta y comino.

4.   En una cacerola calentamos agua y sumergimos las hojas de choclo para ablandarlas. Mantenemos siempre sumergidas durante el armado.
 
5.   Picamos la cebolla, el pimiento y los diente de ajo en cuadrados chiquitos, rehogamos con grasa bovina en un sartén. Picamos la carne también en cuadrados chiquitos (como para empanadas) y agregamos al sartén para saltear con la cebolla, el morrón y el ajo. Al final, antes de retirar del fuego, agregamos el verdeo picado. Condimentamos con sal, pimineta, comino y ají molido. Retiramos del fuego y dejamos enfriar para que la grasa endurezca la pasta.

6.   Armamos superponiendo 2 hojas de choclo enfrentadas por el lado más ancho. Colocamos 2 cdas. de pasta de maíz como base aplastando, luego 1 cda. de relleno, un poco de huevo duro picado y tapamos con otra cda. de pasta de maíz sin dejar que salga la carne y el huevo por los costados. Cerramos las hojas de choclo, primero los laterales procurando que se junten, luego doblamos los extremos también juntándolos y ajustamos con el hilo piolín para que quede firme el armado (como si fuera un regalito)

7.   En el mismo caldo que hervimos la carne y el zapallo, herviremos los tamales unos 45 minutos. Retiramos y listo para guardar en heladera o freezar hasta el momento de comerlos. Para comerlos debemos calentarlos no más de 15 minutos en agua hirviendo con sal.



Mirá como se preparan los tamales tucumanos:




¿Cómo preparar la humita tucumana?


La humita es una de las comidas tradicionales más exquisitas y delicadas al paladar, del Perú, Bolivia, Chile, Ecuador y típica de nuestro Noroeste argentino. Es una comida con caracteres muy originarios, porque se prepara a base de choclo y zapallo criollo, pimiento o morrón, aunque también lleva cebolla y queso fresco.
La costumbre de comer humita a base de choclos criollos depende de la temporada o estación de las cosechas del maíz en nuestro noroeste, de enero a mayo. Luego se corta la producción hasta octubre, en que comienzan a bajar los choclos desde Jujuy hacia el sur, porque es allá donde se realizan las primeras cosechas.
Así se consiguen los choclos criollos o blancos recién cosechados, y se consiguen baratos por bolsa, pero ya después se deben hacer con choclo híbrido comprado en los supermercados, que cuestan más caros, y se venden por unidad. Del criollo resulta una humita espesa, y hay que echarle un poco de agua o leche. En cambio del híbrido, amarillo, es más dulce y se forma una humita más aguachenta, de modo que no haría falta echarle agua.
Pero hoy en Buenos Aires se puede comer todo el año una humita en chala hecha en cantidades industriales, pero de calidad aceptable, a pesar de que distan mucho de las caseras del Noroeste.
La Humita en Olla se come en plato sopero como un guiso, y la humita en Chala es la misma, pero se la prepara más espesa para envolverla en chalas verdes.
No hay que confundirlas con los Tamales, cuyo relleno es de maíz molido y carne, envueltos en chalas amarillas, porque han sido secadas al sol. Ésta es una gran diferencia, porque las chalas verdes le dan sabor al relleno de las humitas, en cambio las chalas secas no influyen en el sabor de los tamales. Se las suele comer saladas, o dulces con azúcar.
Las chalas se colocan en cruz y se cierran y se atan con una tirita de chala. En Tucumán son de forma rectangular, y en Salta y Jujuy se hacen redondas y más chiquitas. Luego se las calienta en una olla tapada, con un poco de agua hirviendo. Y para que el agua no les quite el sabor, se le echa un poco de sal, y además en el fondo de la olla se colocan los marlos o unas chalas verdes.
Ingredientes:

·         10 Choclos blancos frescos
·         1/2 Pimiento rojo (morrón)
·         1/2 Pimiento amarillo (morrón)
·         1 cebolla
·         2 tomates
·         1/4 de ajo
·         250 g de queso cremoso
·         100 g de queso mozzarella
·         100 g de queso parmesano
·         25 g de manteca 1 cdita de azúcar
·         2 cdas de aceite de oliva
·         c/n sal
·         c/n pimienta
·         c/n pimentón
·         c/n tomillo y orégano frescos
·         c/n cúrcuma (opcional)
·         c/n ají molido (opcional)
·         Opcional: Leche (si el choclo no está tierno)

Prepración:

1.   Se rallan los choclos cuidando de no llegar al marlo, es decir, a la base del choclo, que se llama el afrecho, porque si éste se ralla, es duro, cuesta masticarlo, y mucho más digerirlo.
2.   Luego se derrite la manteca en una olla con un poco de aceite (ideal de hierro de fundición) al fuego, y se fríe el morrón y la cebolla picados chiquitos.
3.   Se le agrega el choclo rallado, el cual se hierve con un poco de leche no más de 15 minutos. Se le puede echar un poco de leche o agua, y azúcar si la desea dulce en vez de salada.
4.   Se prepara aparte un puré de zapallo criollo o “plomo” (no el de “calabaza”, pero sí puede usarse el japonés), y se lo agrega al relleno en la olla. Revolver todo, con sal a gusto. Debe quedar líquido para comer como una sopa espesa en el caso de la humita a la olla. Si se lo quiere espesar para rellenar las chalas se puede echar un poco de almidón, o harina de maíz.
5.   Se le introduce a cada porción un trocito de queso criollo o fresco, en medio del guiso ya servido en el plato, o del relleno antes de cerrar la chala.
6.   Opcional: se echan las hojas frescas de albahaca picada dentro del relleno.
Consejo: no tape la olla si cocina la humita con choclos criollos frescos recientemente cosechados, porque el choclo se le puede “cortar”, y revuélvala seguido para que no se le pegue.
Debemos aclarar que en muchas partes del centro y sur de nuestro país se ha extendido la costumbre de llamar empanadas de humita a las de choclo con salsa blanca, o choclo cremoso y cebolla, pero eso no es humita. Para que fueran literalmente de humita, deberían tener el mismo preparado que el de las humitas en chala.

La diferencia de forma de envolverlos determina el tamaño y cantidad de humita por porción. La forma circular de los salteños permite una porción de 100 grs, mientras que en Tucumán se envuelve de forma rectangular y no redondo debido que así se puede duplicar su tamaño. En vez de 100 gramos, llegan a 200 gramos. Y si las chalas son grandes se pueden hacer de 300 gramos.


Por último, se recomienda acompañar la humita tucumana con un vino tinto de la bodega originaria Los Amaichas, de Amaicha del Valle, sobre los Valles Calchaquíes del Tucumán, la primera bodega argentina producida por una cooperativa de aborígenes.
Mira la preparación de una cocinera tucumana: